Un nombre, una historia, una vida no se pueden cambiar. La identidad de todo un pueblo como lo es el guerrero pueblo tolimense está ligada desde 1955 con el equipo vinotinto, si, con el Deportes Tolima. Desde lo días en que Barbieri fue al sur del continente y regreso con Jorge Ariel Gandulfo, Oscar Enrique Ferrari, José Oscar Jamardo, Enrique Laino y Carlos Robelle el Deportes Tolima es el Deportes Tolima.
Pretender cambiar el nombre del Deportes Tolima (Nombre que con sólo escribirlo me roba una sonrisa) a primera vista no es un gran lio, repito, a primera vista. Pero cuando uno se devuelve en su propia película de la vida se da cuenta que cuando uno es tolimense criado con tamal y lechona, no hay un solo recuerdo desde la infancia por donde no aparezca el Deportes Tolima. Sé que esto nos pasa a todos los tolimenses y mas a los que con orgullo y carácter decidimos ser hinchas del Deportes Tolima.
Si quiera sugerir cambiar el nombre del equipo de todos los tolimenses es sugerir que nuestra memoria es un casete para borrar, sería pretender echar a menos el trabajo, el sufrimiento, las lagrimas, el dolor, las alegrías, las victorias, las derrotas y las vidas hechas y desechas para hacer que el nombre del DEPORTES TOLIMA sea lo que hoy es.
No importan las razones y menos cual se sugiera como nuevo nombre, nada de eso podrá reemplazar el vacio que los tolimenses de acá y los de allá sentimos cuando Artigas anotó ese penal contra Cali y lloramos porque el DEPORTES TOLIMA por fin era campeón.
Apuesto mi pierna derecha a que no soy solo yo el que siente y comparte que al DEPORTES TOLIMA y al pueblo tolimense se les respeta. Señor Camargo o con quien toque hablar, no le den una bofetada en la cara a todo un pueblo que rie y llora con un equipo, con unos hombres, con un escudo, con una institución, con un nombre y es el del DEPORTES TOLIMA.
P.D: Por favor apóyenos en twitter #noalcambiodenombre
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